Siminoticiero
Alejandra Cervantes Neri, enviada
Tw: @lilly_alee
En México, las personas con discapacidad han sido integradas de manera lenta a la sociedad. Sus oportunidades laborales y de educación son limitadas y excepcionales. Mientras, otros sufren el peor de los panoramas: la discriminación y el abandono.
En el Estado de México existen menos de cinco instituciones que brindan albergue y atención a este sector vulnerable de la sociedad; una de ellas, en el municipio de Amecameca. Es un hogar lleno de amor y ejemplar. Abrió sus puertas en 2002 a la población vulnerable y en 2007 se constituyó como institución de asistencia privada.
Sor Norma Angélica Ortega es la directora de la Casa Hogar y Centro de Discapacitados de Amecameca que alberga a 30 niños y hombres con discapacidad intelectual, motriz o múltiple, quienes han vivido situación de calle, violencia y maltrato.
“Tenemos un enfoque basado en derechos, los hacemos sentir que son personas importantes y útiles, que son un miembro fundamental de una familia, donde aporta con su presencia, cariño y actividades”, afirma.
Su modelo de intervención, adoptado hace dos años, le apuesta a la autonomía y a la independencia de sus habitantes, y se aleja del modelo tradicional de asistencialismo. El equipo transdisciplinario es la clave del éxito de esta institución: médico, nutriólogo, fisioterapeuta, pedagogo, psicólogos y maestros unen esfuerzos para garantizar una vida con mejores oportunidades y crecimiento intelectual.
“Es satisfactorio ver cómo los residentes avanzan. Cuando no están en terapia ocupacional nos buscan para que les asignemos actividades; eso, de entrada, es significativo”, señala María Cristina López, encargada del área de pedagogía. Los residentes, la mayoría canalizados por el DIF, son acompañados en todo momento en su desarrollo. Su calidez y ambiente de hogar hace que cada uno de ellos se integre como una familia.
“Todos trabajamos en conjunto y aprendemos muchísimo de ellos. Ver cómo pasa el tiempo en ellos y los logros que obtienen resulta emotivo. Nunca hay que olvidar que ellos también tienen sueños y metas que desean cumplir, y nosotros debemos dar las herramientas para que lo logren”, añade María Cristina.
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“Por desgracia, tenemos una sociedad que utiliza y desecha. Se les da poco valor a las personas, se les ve como objetos que pueden producir, y si no producen, no se ve la necesidad de relacionarse con ellas”, afirma sor Norma Angélica.
La invitación a unirse en apoyo a la Casa Hogar y Centro de Discapacitados de Amecameca se abre a todo aquel que, con la mano en el corazón, desee apostar por el desarrollo de esta comunidad.
¿Cómo puede hacerlo? Esta institución está abierta a acciones de voluntariado para dar continuidad a las actividades que se realizan en ella, y cubrir las necesidades de cuidado que requiere su población.
Asimismo, acepta donaciones de producto básico, alimentos perecederos, material de limpieza, productos de higiene personal, pañales y medicamentos.
“Todo lo que recibimos nos ayuda a ahorrar un poco para utilizarlo y costear otros servicios, como el gas y el mantenimiento de las instalaciones”, señala la directora.
Por su parte, la Fundación del Dr. Simi apoya a la institución con despensas bimestrales, también provee medicamentos y pedidos especiales de acuerdo con sus necesidades.
Es importante la aportación de cada uno de nosotros, ya sea económica o en especie. Agradecemos de antemano la ayuda y el buen corazón. Dar un poco en favor de los sueños y el desarrollo de la comunidad, es también ver por el presente y el futuro de nuestro país.
“La invitación es a ser mejores seres humanos, ser más sensibles con quienes nos rodean. Si uno puede aportar un poco más en los necesitados, créame, Dios lo ve todo y lo recompensará”, finaliza sor Norma Angélica.
Casa Hogar y Centro de Discapacitados de Amecameca, IAP
SANTANDER
No. de cuenta: E-PYME 92-00096477-5
Clabe: 014180920009647751
Teléfono: 597 978 9262.
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